De vez en cuando, las agencias con las que trabajamos nos asignan un encargo que es para un cliente nuevo. Se trata de una buena oportunidad para lograr aumentar nuestra facturación, ya que si queda contento con nuestra traducción, con casi toda seguridad la agencia nos asignará sus proyectos. Todos somos conscientes de la importancia que reviste la entrada de un nuevo cliente y lo que supone para nosotros: fidelizar a la agencia con la que trabajamos logrando que el cliente quede satisfecho.
Probablemente este primer proyecto nos exigirá más dedicación y una atención especial, ya que iniciamos la fase de conocer al cliente final y la tipología de documentación que necesita traducir. Es bueno extremar todas las precauciones, sabemos que los primeros encargos son clave para convencer de que la agencia es la adecuada. Aquí os explico la pauta que sigo para este tipo de proyectos.
- Abrir los archivos que tengo que traducir nada más recibirlos para verificar que no hay ningún problema.
Quizá no podemos empezar la traducción de inmediato, pero es bueno asegurarnos de que no vamos a quedarnos bloqueados por un problema con los archivos cuando podamos comenzar. No quedaría muy profesional de cara al cliente comunicarle alguna incidencia de este tipo horas después de que haya enviado los documentos.
- Planificar un tiempo de trabajo superior al habitual.
Si no disponemos de un margen de tiempo ligeramente más amplio del que necesitaríamos habitualmente para realizar un encargo de un volumen parecido, es preferible no aceptarlo. Es muy posible que tengamos que familiarizarnos con un tipo de documentación nueva y, posiblemente, con nueva terminología. Este punto incluso es más aconsejable si para el proyecto tenemos que utilizar un programa de traducción que no manejamos con frecuencia. Siempre es mejor rechazar un proyecto antes que entregar una traducción sin haber podido dedicarle el tiempo que requería. La puerta quedará abierta para una segunda ocasión, en cambio, si no alcanzamos el nivel de calidad esperada, nuestra imagen profesional quedará bastante perjudicada.
- Avanzar ligeramente la entrega a la agencia.
La agencia, al igual que nosotros, está en proceso de conocer al cliente, de modo que la parte de revisión del proyecto también es más delicada de lo habitual. Por este motivo, agradecerá recibir el texto con cierta antelación y disponer de un poco más de margen para revisarlo. Asimismo, tanto agencia como traductor tendremos tiempo de comentar con tranquilidad cualquier observación o sugerencia de cambio.
Si, además, estamos usando un programa de traducción, en caso de tener algún problema con la exportación dispondremos de tiempo suficiente para solucionarlo. No hay nada peor que la tecnología nos juegue una mala pasada justo a la hora de la entrega. Y encima suele pasar con los proyectos más «comprometidos».
- Enviar un documento con la terminología del proyecto
Como comentaba hace poco @plluberas, es muy aconsejable conservar los glosarios de las traducciones, y lo es todavía más con un primer encargo. Facilita la labor de revisión y sirve de referencia en caso de que el cliente proponga modificaciones.
- Pedir feedback del cliente final
Interesarnos después de la entrega por saber si el cliente final ha quedado contento con la traducción es una forma de demostrar que nos preocupamos por nuestro trabajo y por la repercusión que tiene para la agencia.